Carta

Querido Hiriente:

                            Como puedes ver he decidido escribir una carta para no tener que enviarte al exilio en mi mente y sacarte por completo de mi vida por que no importa cuanto daño me has hecho no creo que lo merezcas. Escribo de esta manera desordenada, con estas ganas de llorar a ver si de una manera extraña las ganas que solían quemarme el alma exigiendo que las expresara vuelven a mi… a ver si de una ves por todas te olvido y vuelvo a escribir.

Se que quieres que crea el batallón de mentiras diseñado para mi a la medida, pero ya no quiero esperar… ya no puedo esperar tengo que crecer y avanzar ver las cosas como serán dentro de unos años…aprender a imaginarme lejos de ti y de ellos, verme sola. Yo ya no puedo creerte ni creo que tu quieras que lo haga… te ves tan a gusto a su lado y quien soy yo para privarte de tu felicidad aun que me lo pidas.

Así que supongo que este es uno de esos adiós que damos sin pensarlos y que eran desde un principio, tan necesarios, esos que siempre andamos evitando pero al final llegan y nos atrapan… Adiós –no creo que nada que diga aquí pueda evitar que me duela el sabor de esas palabras en mis labios heridos por tanto callar- espero no llorar mas… pero que digo si ya lo estoy haciendo.

Adiós Hiriente… supongo que nos veremos por ahi.