domingo, 8 de abril de 2012

Universal


En el país de la pélotica, nada funcionaba como debería. Toda cosa creada tenia su propio ritmo y función, y sin importar lo “simple” que parecieran los comandos era bastante difícil saber como ejecutarlos si no  eran nativos del país en cuestión.  En este país extraño habitaban todo tipo de seres y criaturas, cocreadores del caos que se vivía en las calles y constructores de una ciudad errática que no respondía a ninguna regla creada con anterioridad. Mis personajes favoritos no eran siempre los mismos dependía mucho del  día o incluso de la situación que ocurriese.

Sunny, sin embargo  era una de mis favoritas,  esta melodramática chiquilla calificaba al mundo en superlativos y de vez en cuando lo teñía con lágrimas, mas era  en su mayoría quien solía llenarlo de risas. Ella era una luz y sin saberlo iluminaba el mundo entero.  Nosotros, seres bizarros y atolondrados, la queríamos muchísimo aun sabiendo que ella no pertenecía a la nuestra galaxia.

La razón por la que se encontraba aquí era un misterio para los demás, sin embargo yo lo sabía.  A Sunny se le estaba apagando la luz, y ella sin notarlo,  iba regalando grandes descargas y poco a poco la energía se le fue acabando. Sunny venia de la luna y como muchos de nosotros, cayó en  un vórtice extraño que la alejo de casa. Ella decía que aquí estaba mejor, que era mas seguro y que su luz volvería en algún momento, nosotros estábamos desesperados por  creerle, pese a que todo apuntaba a lo contrario.

Ella tenia este extraño encanto cuasi-ninfico que la hacia altamente apetecible a cualquier ojo, eso en combinación con una necesidad insaciable de dar (o darse)  la hacían presa fácil de decepciones y sin sabores. Sé que se pensaría que simplemente por el hecho de encontrarnos en un lugar perdido en el tiempo y espacio, los hombres no serian tan burdos, pero si, aun aquí lo son.  Ella se refugiaba en amigos malos cada vez que alguno de sus caprichos no funcionaba, dejándonos como testigos de sus caídas y como pilares de sus levantadas.

Sunny, la luz del mundo al final de esta historia, sigue sin encontrar su lugar.  Su luz se ha vuelto tenue y ya no quema como el sol de abril. Poco a poco se le ha ido la sonrisa, ya tiene poco que dar y la pasión la ha dejado débil. Nosotros nos aferramos al recuerdo, a las ganas de traerla de regreso… pero ella se nos escurre poquito a poco entre los dedos. Sunny es la dueña del mundo, y como este, se cae a pedazos.

[Gracias al profesor Juan Fernandez, por el termino "pélotica" ( pequeña sátira a como el Dominicano parece mezclar la pelota -o el baseball- con la politica).]

No hay comentarios:

Publicar un comentario