En el país de la pélotica, nada funcionaba como debería.
Toda cosa creada tenia su propio ritmo y función, y sin importar lo “simple”
que parecieran los comandos era bastante difícil saber como ejecutarlos si
no eran nativos del país en
cuestión. En este país extraño habitaban
todo tipo de seres y criaturas, cocreadores del caos que se vivía en las calles
y constructores de una ciudad errática que no respondía a ninguna regla creada
con anterioridad. Mis personajes favoritos no eran siempre los mismos dependía
mucho del día o incluso de la situación
que ocurriese.
Sunny, sin embargo era una de mis favoritas, esta melodramática chiquilla calificaba al
mundo en superlativos y de vez en cuando lo teñía con lágrimas, mas era en su mayoría quien solía llenarlo de risas.
Ella era una luz y sin saberlo iluminaba el mundo entero. Nosotros, seres bizarros y atolondrados, la queríamos
muchísimo aun sabiendo que ella no pertenecía a la nuestra galaxia.
La razón por la que se encontraba aquí era un misterio para
los demás, sin embargo yo lo sabía. A Sunny
se le estaba apagando la luz, y ella sin notarlo, iba regalando grandes descargas y poco a poco
la energía se le fue acabando. Sunny venia de la luna y como muchos de
nosotros, cayó en un vórtice extraño que
la alejo de casa. Ella decía que aquí estaba mejor, que era mas seguro y que su
luz volvería en algún momento, nosotros estábamos desesperados por creerle, pese a que todo apuntaba a lo
contrario.
Ella tenia este extraño encanto cuasi-ninfico que la hacia
altamente apetecible a cualquier ojo, eso en combinación con una necesidad
insaciable de dar (o darse) la hacían presa
fácil de decepciones y sin sabores. Sé que se pensaría que simplemente por el
hecho de encontrarnos en un lugar perdido en el tiempo y espacio, los hombres
no serian tan burdos, pero si, aun aquí lo son. Ella se refugiaba en amigos malos cada vez que
alguno de sus caprichos no funcionaba, dejándonos como testigos de sus caídas y
como pilares de sus levantadas.
Sunny, la luz del mundo al final de esta historia, sigue sin
encontrar su lugar. Su luz se ha vuelto
tenue y ya no quema como el sol de abril. Poco a poco se le ha ido la sonrisa,
ya tiene poco que dar y la pasión la ha dejado débil. Nosotros nos aferramos al
recuerdo, a las ganas de traerla de regreso… pero ella se nos escurre poquito a
poco entre los dedos. Sunny es la dueña del mundo, y como este, se cae a pedazos.
[Gracias al profesor Juan Fernandez, por el termino "pélotica" ( pequeña sátira a como el Dominicano parece mezclar la pelota -o el baseball- con la politica).]
No hay comentarios:
Publicar un comentario