Que
besa estos labios impuros
Bendito
el que sueña
Con
tocar este cuerpo de muerte.
Bendito
aquel
Que
como bálsamo se cuela entre mis heridas
Bendito
aquel
Que ama
aun sabiéndome impura y blasfema.
Bendito
aquel
Que no
sucumbe ante la tentación
Sino
que santifica a esta
Y luego
salva su alma volviéndola etérea.
Bendito
sea él,
Él de los labios puros
Él de los labios puros
Que
descansan en mi piel
Purificándome
Bendito
sea este fuego que no quema
Más
inmola mi piel volviéndome algo más que un ser
Digna
soy, digna seré
De todo
menos de tu ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario