Contigo es algo así. Es venderme desde que abro los ojos hasta que por fin los cierro que las cosas ahora son así. Que no te importo, que no me importas. Que no me duele y que a vos menos. Que de alguna forma me olvidaste y yo debo de hacer lo mismo.
Vivimos solo a unas calles de distancia y sin embargo nuestras vidas parecen moverse en dos ejes lejanos el uno del otro, aislados y sin ningún punto en común. Eso me consuela a veces, el saber que ya no te veré más, que no hay forma alguna de que eso pase. Pero las calles siguen llenas de tanta historia y besos y cosas, que la mayoría del tiempo solo duele.
Quisiera otro final, uno de esos alternativos que te dan al final de algunos cuentos para que decidas que es mejor. Quisiera poder recomenzar todo y de alguna forma u otra evitar que las cosas llegarán hasta aquí. Ser amigos, y no extraños que una vez se quisieron (aunque yo sigo haciéndolo), no ser un nombre más en la lista de personas a olvidar.
Quisiera poder contar una historia diferente, no tener que decir que era muy feliz y que ahora ya no. No tener que explicar como me cambiaste la vida por completo y como yo, a mi manera retorcida, te ame como no pensé que podía. Quisiera poder decir que todo acabo bien, que fuimos muy buenos amigos y colegas. Que compartimos muchos ratos, pero que jamás bebimos de un mismo vaso. Quisiera decir que estuviste presente en la graduación y que luego celebramos tu cumpleaños. Más no puedo, tengo que decir que no funciono, que nuestra plantita se murió y que no tiene remedio. Tengo que decir que no estarás y no estaré. Que se acabó, que dolió, que me olvidaste.
Tengo que decir que fui un naufragio más, otro barco que se hundió. Sólo una más.
Pero oh, como me gustaría otro final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario